¿Qué son las economías transformadoras?
No cabe duda de que el sistema económico más utilizado en el mundo es el capitalismo…
Cuyos valores se basan en la acumulación y la concentración de recursos, poder, capital, información y medios de producción en pocas manos. En consecuencia, este modelo excluye y deja sin recursos cada vez a más personas y por tanto, muchas veces atenta contra de los derechos humanos y contra la vida en el planeta.
Las grandes empresas capitalistas acumulan beneficios a costa de explotar los recursos naturales de países que no pueden invertir en conservación, invisibilizar el trabajo reproductivo y precarizar ciertos empleos que habitualmente realizan las mujeres y especialmente, mujeres racializadas y/o sin recursos.
Dar la vuelta al modelo
Desde el ecofeminismo se propone otro modelo económico que tenga en cuenta que la vida humana depende de la salud del entorno y también de nuestras relaciones con otras personas, especialmente relaciones de cuidados. Estas relaciones de inter y ecodependencia son punto de partida para diseñar modelos económicos que pongan la VIDA EN EL CENTRO.
Mil y una formas de hacer otra economía
La agroecología, la economía social y solidaria, la economía feminista, la economía popular, las economías de los pueblos originarios, la economía comunitaria o la economía ecológica son propuestas que buscan este cambio de modelo económico.
Este conjunto de Economías Transformadoras aportan ideas como el decrecimiento, la democratización de las tareas domésticas, la interdependencia y ecodependencia de la especie humana, el buenvivir o el vivir bien, que suman a la construcción de un nuevo modelo de organización social y económica más sostenible y más justo.
Educar para transformar el modelo económico
El modelo capitalista ha permeado en los currículum educativos haciendo ver que es el único modo posible de organización social y gestión de los recursos, pero en un contexto de cambio climático y exclusión social creciente, las generaciones que vienen necesitarán construir otras formas de organizarse para poder vivir bien.
El sistema educativo tiene el desafío de aportar las herramientas, valores y competencias necesarias para afrontar un análisis crítico de este modelo y poner las bases para construir un modelo económico justo, equitativo y sostenible que ponga la vida en el centro.